Tras un parón de cuatro semanas con motivo de las fechas navideñas, la Euroliga vuelve esta semana y lo hará a lo grande para el Real Madrid. El bombo quiso que los blancos se midieran a tres viejos conocidos en el Top-16 de la competición (Unicaja, Bilbao y Montepaschi Siena), por lo que los seis próximos encuentros serán de una dureza extrema y exigirán lo máximo de los hombres de Laso.
Para empezar, el equipo viajará a Málaga para medirse al Unicaja en el Carpena este jueves (20:45). El choque será el primero de todos, pero tendrá una importancia capital en el devenir del grupo. Está claro que la igualdad será máxima entre los cuatro equipos, pero el equipo andaluz parece ser un rival más capacitado que el Gescrap Bilbao Basket para luchar por la segunda plaza que dé acceso a los cuartos de final. Por ello, una victoria ante los de Chus Mateo suena clave para no pasar apuros en las últimas jornadas.
El reciente precedente en la ACB (80-96) será la referencia para los de Laso, quienes en la segunda y tercera jornada deberán aprovechar el factor cancha de jugar ante el Siena y el Bilbao en el Palacio de los Deportes. Soprendentemente, el encuentro ante los italianos coincidirá en fecha y hora con el choque de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey ante el Barcelona (día 25 a las 22:00 horas), por lo que es posible que se resienta el ambiente en el pabellón. Aún así, la victoria en los partidos de casa del Top-16 es clave y el Real Madrid deberá cerrar la primera vuelta con un 3-0 en su casillero si quiere optar con fuerza al liderato final.
Tras esta primera fase llegará el partido de Bilbao (8 de febrero), la salida a priori más asequible de todas. En caso de haber ganado en Málaga la victoria no será tan necesaria aquí, pero si no fuera así los blancos estarían prácticamente obligados al triunfo para encarar el encuentro de casa ante el Unicaja con cierta tranquilidad (23 de febrero). Y, finalmente, para el 29 de febrero o el 1 de marzo se espera el partido más complicado para el Madrid, la visita a la cancha del Siena. Para entonces, si todo fuera según lo esperado, el equipo ya tendría que haber sellado su clasificación a la siguiente ronda y solo se jugaría la primera plaza.
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