Desde hace un par de temporadas algunos aficionados comentan que la Liga española es como la escocesa, pues cuenta con un par de grandes equipos (Real Madrid y Barcelona) como aspirantes al título mientras el resto siempre quedan a una gran distancia de ellos. Un pensamiento que al principio de temporada quedó en entredicho por los buenos resultados del sorprendente Levante y de otros conjuntos como el Valencia, pero que últimamente vuelve a cobrar fuerza con los datos en la mano.
A estas alturas de temporada parece claro que el Real Madrid es muy superior a la inmensa mayoría de sus rivales. Tras una mala semana de septiembre en la que el equipo blanco se dejó cinco puntos en el campo del Levante y en Santander, ahora los de Mourinho acumulan su mejor racha histórica en sus casi 110 años de vida: 22 victorias en los 23 últimos partidos jugados. Es decir, 13 triunfos en Liga, 5 en Liga de Campeones y 4 en la Copa del Rey con la única nota discordante de la derrota en el Santiago Bernabéu ante el F.C. Barcelona.
Por eso, no soprende que solo el conjunto catalán esté a la altura de la exigencia de este Real Madrid. El poderío de estos dos conjuntos es más que evidente y se plasma jornada tras jornada; aunque el Barça se está mostrando más debil que los de Mourinho. Mientras el equipo de Guardiola se deja puntos frecuentemente en sus salidas ligueras, el Madrid no falla desde hace cuatro meses. Una fiabilidad que empieza a verse como clave para conseguir los tres títulos en juego, pues a los azulgrana de poco les servirá tener éxito en los enfrentamientos directos como en temporadas pasadas si luego empata o pierde ante otros rivales. En consecuencia, la clave del éxito del Real Madrid empieza a quedar muy clara: regularidad. Mientras el equipo la tenga, no habrá nada que temer. Al menos, en la Liga.
Por eso, no soprende que solo el conjunto catalán esté a la altura de la exigencia de este Real Madrid. El poderío de estos dos conjuntos es más que evidente y se plasma jornada tras jornada; aunque el Barça se está mostrando más debil que los de Mourinho. Mientras el equipo de Guardiola se deja puntos frecuentemente en sus salidas ligueras, el Madrid no falla desde hace cuatro meses. Una fiabilidad que empieza a verse como clave para conseguir los tres títulos en juego, pues a los azulgrana de poco les servirá tener éxito en los enfrentamientos directos como en temporadas pasadas si luego empata o pierde ante otros rivales. En consecuencia, la clave del éxito del Real Madrid empieza a quedar muy clara: regularidad. Mientras el equipo la tenga, no habrá nada que temer. Al menos, en la Liga.
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