Uno de los factores que influenció decisivamente en que la pasada temporada el F.C. Barcelona acabara imponiéndose al Real Madrid en Liga, Champions y Supercopa estuvo en las expulsiones que sufrió el conjunto merengue ante su eterno rival. Y es que, de los siete partidos que José Mourinho había dirigido a los blancos frente a los culés antes del de este sábado, en solo dos había terminado con los once futbolistas sobre el campo.
En el partido de Liga celebrado en el Camp Nou durante el curso pasado, Sergio Ramos fue el jugador que vio el camino de las duchas antes de tiempo. Posteriormente, en el del Bernabéu el expulsado fue Raúl Albiol tras cometer un claro penalti, mientras que en la ida del choque de la Liga de Campeones fue Pepe el que injustamente no pudo terminar el partido. Además, en la final de la Copa del Rey, el argentino Di María acabó expulsado por doble amarilla; y en la vuelta de la última Supercopa fue el brasileño Marcelo el que vió la roja directa por una entrada a Cesc.
Es decir, que solo en la vuelta de Champions disputada en el Camp Nou (1-1) y en la ida de la Supercopa (2-2) el Real Madrid acabó con todos sus jugadores sobre el campo. Curiosamente, en ninguno de los dos partidos cayó derrotado, por lo que repetir semejante hecho se presentaba como un aspecto importante para sacar algo positivo ante el Barcelona. Y el equipo lo logró, ya que acabó con los once ante el Barcelona, aunque esto no sirvió para lograr puntuar en el trascendental partido.
Es decir, que solo en la vuelta de Champions disputada en el Camp Nou (1-1) y en la ida de la Supercopa (2-2) el Real Madrid acabó con todos sus jugadores sobre el campo. Curiosamente, en ninguno de los dos partidos cayó derrotado, por lo que repetir semejante hecho se presentaba como un aspecto importante para sacar algo positivo ante el Barcelona. Y el equipo lo logró, ya que acabó con los once ante el Barcelona, aunque esto no sirvió para lograr puntuar en el trascendental partido.
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