El Real Madrid hizo puré croata con el Dinamo de Zagreb, equipo al que derrotó en el Bernabéu por un contundente 6-2. Higuaín y Benzema demostraron que su asociación es más que productiva en una noche que le valió al madridismo para seguir presumiendo de equipo y a los de Mourinho para amarrar de forma definitiva y matemática la primera plaza de su grupo.
Se está empezando a convertir en tradición, bendita tradición por otra parte, que el Real Madrid empiece ofreciendo emociones fuertes desde el principio. Cuando se dice desde el principio es desde el inicio. Con este Madrid las figuraciones no valen. Fe de ello puede dar el Dinamo de Zagreb que, sin tocar el balón, ya había encajado el primero de la noche.
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