Aunque a muchos les pese, este Real Madrid está en lo más alto de la clasificación por méritos propios. No ocultó que una de las primeras reacciones que tuve al día siguiente del meritorio triunfo merengue ante el Valencia fue la de visitar alguna de las webs ‘enemigas’. Esas páginas en las que solo se acuerdan del club blanco para intentar mermarle. Las palabras “robo” o “escándalo” son alguna de las lindezas que se atreven a publicar estos medios de comunicación, que parece que no vieron los 90 minutos del encuentro de Mestalla, donde se divisó a un equipo bien construido que toma actitud de campeón.
Esperpéntico me pareció por momento el nivel de marrullería utilizada por los jugadores del Valencia en el partido del sábado. Un equipo que aspira a luchar de tú a tú con los dos grandes, según recuerda una y otra vez el señor Manuel Llorente, parece que siempre tiene que recurrir al recurso fácil para intentar sacar algo de provecho ante los merengues. Pero más allá de eso, y hablando del gran protagonista, el Real Madrid, estoy, en líneas generales, orgulloso del fútbol practicado por el conjunto blanco.
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